La israelización de Europa

Byrne: ¿Cuáles cree que son las opciones que tiene el Ejército Israelí?
Van Creveld: Nada va a funcionar.
Byrne: ¿Nada va a funcionar? ¿No cree que va a haber un cambio en la estrategia?
Van Creveld: No. Hay una cosa que se puede hacer y eso es poner fin a una situación en la cual somos los fuertes luchando contra los débiles, porque esa es la situación más estúpida en la cual se puede estar.
Byrne: ¿Y cómo se hace eso?
Van Creveld: Exactamente. Cómo se hace eso. Se hace de la siguiente forma, A, esperando la oportunidad apropiada… B, hacer lo necesario para restituir el balance de poder entre nosotros y los palestinos… C, terminando con el 90 % de las causas que ocasionan el conflicto, retirándonos… y D, construyendo un muro entre nosotros y el otro lado, tan alto que ni los pájaros puedan volar por encima… y de esa forma evitar cualquier forma de fricción por un largo, largo tiempo.
Byrne: Bueno, esa es una larga lista. Empecemos por lo último: el muro… quiero decir, cuando yo estuve allí el mes pasado, la gente estaba hablando de un muro y usted me está diciendo que esta es una opción viable, el construir un muro gigante… básicamente, que esté por un lado, Gaza y la Franja Oriental y por el otro, el territorio de Israel, ¿la idea es que nunca estén juntas?
Van Creveld: Nunca es una palabra demasiado grande. Nada dura para siempre. Pero la historia prueba que los muros funcionan. La muralla romana de Lugo funcionó por cientos de años… la Muralla China funcionó, no para siempre, pero por cientos de años. La muralla en Corea ha funcionado por 50 años… el muro entre turcos y griegos en Chipre ha funcionado maravillosamente… Lamentablemente, el Ejército Israelí insiste en contra de toda lógica militar en mantener la presencia en ambos lados del muro. Podríamos terminar el problema, al menos en Gaza, en menos de 48 horas, retirándonos y construyendo un muro más apropiado. Y después, por supuesto, si alguien intenta treparlo lo matamos.
Byrne: ¿Qué hay de los miles de los colonos israelíes extremadamente beligerantes que quedarían del otro lado?
Van Creveld: Si fuera por mí, le diría a esa gente, y tiene usted razón muchos de ellos son extremadamente beligerantes, miren señoras y señores, han estado magníficos, nos han servido bien, nos han protegido durante todos estos años, pero esto está llegando a su fin. Si eligen quedarse, es problema de ustedes, se quedan por su cuenta. Estoy seguro que un 95 % de ellos vendrán para este lado.
Esta entrevista fue hecha en marzo del 2002. Poco tiempo después, se comenzó a construir el muro (aún no ha sido terminado). Esta muralla fue consecuencia de un hecho difícil de aceptar para muchas personas: que el pueblo israelí y el palestino simplemente no pueden convivir juntos. No importa quién empezó y no interesan las razones de uno y otro bando, el punto es que no pueden vivir en paz. Lo siguiente en este razonamiento, es que la única forma de acabar con la violencia, es que ambos pueblos no tengan contacto. Y de ahí a construir un muro, sólo hay un paso.
Ahora bien, cualquiera que haya vivido en una ciudad europea relativamente grande sabrá de los ghettos y también conocerá la separación entre los europeos, blancos y civilizados y los bárbaros de oriente. Esta será cada vez mayor. Quien quiera saber como van a ser las ciudades europeas dentro de unos años que piense en Israel. Estarán los barrios de occidentales, la gente bien, calificada, de filosofía liberal-pseudoizquierdista, con sus charlas de cafés, mujeres hermosas, su vida de preocupaciones banales, los paseos por el centro, las compras y los barrio de prolijidad primermundista...
…Y estará el otro lado: el bárbaro. Kilómetros y kilómetros de edificios de viviendas grises, subterráneos repletos con olor a ajo y jengibre, los 50 idiomas diarios, los kurdos, somalíes, albaneses, turcos, gitanos, iraníes, afganos, iraquíes; las antenas satelitales apuntando a Turquía, el comercio callejero, el humo, el dialecto de ghetto, jóvenes árabe- hip hoperos, navajas, las turcas de ojos negros delineados con más negro, los 40 hermanos de la turca, los gritos, desorden, música, jalla jalla y corréte turco y la reconcha de tu madre, en definitiva: nacer y morir en el ghetto (de eso se trata el ghetto).
Y esta parte de la ciudad estará cercada, bajo vigilancia militarizada, con cámaras omnipresentes y check points por donde pasarán aquellos que tengan permiso-de-trabajo-en-la-zona-buena. Y cada tanto, aparecerán fisuras en este ensayo de Gran Hermano y se escuchará una detonación en el Lado Bueno…
Tal vez les parezca una visión exagerada. Esperen unos años. Y después recuerden que canté primero: la israelización de Europa ya está en marcha.