sábado, 12 de mayo de 2007

Yo sólo digo una cosa: cómo están las pendejas.

jueves, 10 de mayo de 2007

Yo también quiero una cometa

Este post lo dedicamos a todas aquellas personas que ocuparon el cargo de secretario de la presidencia. Ilustres cometeros todos ellos que manejan los negocios turbios del primer mandatario. Recordemos por ejemplo, a Walter Nessi, intachable delincuente en la primera presidencia de Sanguinetti. ¡O un Pablo García Pintos! Cometero de ley del gran presidente don Alberto Lacalle. Y Scavarelli y Leonardo Costa. Unos grandes. Chorros a la vieja usanza. Pero el de ahora… jejejejejeje… ficha ficha, o sea. Corrupto pero de los buenos. De esos tipos que se la bancan. No como esos maulas que se mandan las cagadas y después miran para otro lado, onda yo no fui. No, no, este es un hombre de verdad, acostumbrado a nadar entre la mierda. De esos que dan brazadas contra la corriente en un río de diarrea. Y después sale, se acomoda el saco y le habla a la gilada: que hacé, che pebete me das un cigarrillo. Un corrupto y sinverguenza, pero bien. Íntegro. Un hombre cabal. De alma corrupta. De esos con voz grave, profunda, que emana sabiduría. De esos tipos con ojeras de experiencia y mucha calle encima. Un grande. Desde aquí nuestro homenaje a Gonzalo Fernández, gran cometero (larganos una troesma).

Porque no todos nacen con pasta de campeón.


domingo, 6 de mayo de 2007

ANTIUTOPÍA

En este blog somos razonables y por ello tenemos creencias razonables. Por eso les pido a los estimados lectores, que si ven algo poco razonable, que lo digan, y enmendaremos rápidamente el error.

El ser humano no tiene alma. La diferencia del ser humano con el resto de los animales es que tiene un sistema nervioso más desarrollado. Su sistema nervioso más desarrollado le permite adoptar tácticas de supervivencia más sutiles. A pesar de ello, sigue siendo básicamente un animal y sus impulsos son los mismos que los de cualquier otro bicho.

Existen multitud de ideologías que niegan este hecho evidente: el cristianismo, el socialismo, el budismo, pacifismo y demás tonterías. Estas ideologías se basan en un concepto humanista que sitúa al ser humano como una criatura única, especial, capaz de sobreponerse a sus impulsos animales. Error.

Una ideología razonable debe tener en cuenta la naturaleza del ser humano. El liberalismo es una de ellas. Allí se reproduce la lucha por la supervivencia que se da en la naturaleza, pero de una forma más pacífica, más civilizada. Tengamos en cuenta que los impulsos del hombre se pueden canalizar de distintas formas pero nunca suprimirlos. Por dicha razón, una ideología como el cristianismo –si se llevara a cabo-, estaría destinada al fracaso. Simplemente porque exige un comportamiento antinatural: solidaridad, bondad, perdón, etc. Y la naturaleza siempre se abre camino sin importar lo bien indoctrinada que esté la gente.

¿Cuáles son los impulsos básicos del ser humano? Los de cualquier otro animal: asegurar su supervivencia y la de su descendencia. Asegurar la supervivencia implica la búsqueda de poder, pues cuanto más arriba estemos en la escala social, más seguros estaremos y a su vez, podremos garantizar la supervivencia de nuestra descendencia. Cabe aclarar que la protección de la descendencia es parte del instinto de supervivencia individual: toda criatura viviente busca su propia inmortalidad o la continuación de su vida a través de su descendencia.

Como veníamos diciendo, el liberalismo cumple con los requisitos y por eso es una ideología adecuada. Ahora bien, ¿cuál es la característica básica de las ideologías incorrectas? El hecho de que manejan el concepto de la utopía. Tomemos por ejemplo las religiones orientales que pretenden la “iluminación” del hombre. Este concepto sostiene que un ser humano puede trascender sus limitaciones físicas, abandonar sus impulsos animales y convertirse en una criatura divina. Error. Nunca, en toda la historia ha existido un hombre “iluminado”, nunca nadie trascendió sus limitaciones físicas y nunca nadie lo hará. Todo ha ocurrido dentro de los estrictos límites que tienen los seres humanos. Basar un estilo de vida en una ideología que sostiene la posibilidad de iluminación, sería suicida: la persona se pasaría la vida meditando inútilmente, mientras el de al lado lo aplasta como una cucaracha.

Lo mismo sucede con una ideología como el socialismo, destinada a gobernar una sociedad entera. Los ciudadanos de la sociedad socialista rápidamente se convertirían en una manada de inútiles desganados consecuencia de no tener el incentivo del lucro, y pronto sucumbirían como cucarachas frente a una nación rival que haya adoptado un sistema capitalista y liberal y cuyos ciudadanos estén bien adiestrados para competir.

Por eso advertimos sobre lo nocivo que resulta el pensamiento utópico tanto a nivel social como individual: pretender una sociedad pacífica y armónica o un ser humano ideal que supera sus instintos, es incorrecto y lleva prontamente al fracaso.

Naturalmente cada cual es libre de creer y hacer lo que se le ocurra, pero después a no quejarse cuando lo aplasten como cucaracha.

Y colorín colorao este cuente se ha acabao

jueves, 3 de mayo de 2007

El sufrimiento ajeno que lava tus dolores

Figuraos la agonía de Jesús nuestro Señor. Durante su calvario tres veces cayó. Y todos sus discípulos lo abandonaron. Y en soledad cargó su cruz. ¡Una corona de espinos para el rey de los judíos de la estirpe de David! Es en su agonía en la que está nuestro perdón. Nuestra salvación. Pues los pecados del mundo son grandes y por eso, para ser purgados, el dolor debe ser grande. Un dolor sagrado, sacrosanto. Un dolor sublime, expresado en clavos y martillazos. Y una triste figura, pura piel, hueso y sangre colgando de una cruz hasta morir. Ahí está el Hijo del Hombre, con su cuerpo roto y su dolor imperecedero. Ahí está el Cristo de la Buena Muerte. Agradezcamos su sacrificio y que bendito sea su sufrimiento por los siglos de los siglos. ¿O acaso estás tan seguro de poder cargar tu propia cruz? ¿Crees estarlo? Tal vez aún no has sufrido suficiente…


Artículo relacionado aquí.

miércoles, 2 de mayo de 2007

A la Vírgen María:

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santa Trinidad, un solo Dios,

Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre virginal,
Madre sin mancha,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Sede de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los cielos,
Reina del sacratísimo Rosario,
Reina de la paz,
Reina de la familia,

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oremos: Concédenos, Señor y Dios nuestro, que podamos gozar de la salud del alma y del cuerpo, y por la intercesión de la Santísima Virgen María, líbranos de las tristezas de este mundo y danos la eterna alegría. Por Cristo nuestro Señor. Amén.


A San Miguel:

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Y que la gracia y la buenaventura los acompañe en vuestras tribulaciones