Por qué ser liberal
El punto básico del liberalismo es la independencia. Hacer lo que uno quiere sin que nadie te rompa las pelotas. Naturalmente la independencia exige responsabilidad: si uno la caga es culpa tuya y de nadie más. Si te morís de hambre es problema tuyo. Si no servís para nada porque sos medio estúpido, te jodés. Es decir, la preponderancia está en el individuo.
Existen muchas personas que la critican justamente por eso. ¿Y qué clase de gente es contraria al individualismo liberal? Los débiles y los cagones. Es decir, personas que no pueden garantizarse su independencia (por su inutilidad, imbecilidad, vagancia, etc.) y por tanto necesitan de ayuda externa. O si no por cagones que siempre quieren tener un respaldo atrás.
Ahora bien, ¿qué clase de gente es atraída por las ideas liberales? (y estoy hablando de los sinceros, no de los que dicen ser liberales y después cuando les va mal salen a lloriquear limosna). Los fuertes y temerarios. Los que tienen los huevos bien puestos. Es decir que quedan excluidos los putos y las mujeres. Los putos como es bien sabido se agarran de cualquier pito. No sólo porque les gusta el pito sino porque necesitan de el. No pueden vivir sin que les partan el culo. Y las mujeres, lo mismo, especialmente en países tercermundistas como el Uruguay en el cual tienen escasas oportunidades de salir adelante por sí mismas. Esto las lleva básicamente a manotear cualquier pito que se les cruce.
Por supuesto que no estamos a favor de una libertad irrestricta. Es evidente que esta no funciona, tanto en el plano individual como en el económico. Si no existieran leyes que regulasen la conducta humana, la gente se mataría una a otra hasta que prevaleciesen los más fuertes que a su vez someterían a los demás. No es que se trate de algo malo que prevalezcan los más fuertes (es justo). El problema es que los que luego heredan el poder, no lo merecen. Y lo que es peor, impiden la competencia.
Lo mismo sucede en el plano económico, si se desregula de forma total, prevalecen las empresas más fuertes, que luego se transforman en monopolios, cárteles, etc. Todas estas son obviedades que muchas veces se utilizan para criticar la filosofía liberal. Se señalan estas cuestiones evidentes para cualquier retardado y a partir de allí se pretende de manera absurda deslegitimar todo el liberalismo.
Y de ahí a agarrarse de algún pito solo hay un paso.
Otro aspecto importante en la mentalidad de cualquier liberal sincero, es su desprecio a la autoridad. Con esto no estoy promoviendo el estilo de vida del rebeldito punky narcotizado de 2 vueltas, antipolicía y antisistema. En mi caso particular, sé muy bien que a veces es conveniente someterse a las reglas porque es la única forma de aprender determinadas cosas y de alcanzar determinada fortaleza. Pero es un sometimiento conciente e intencional y con un objetivo individual. Por ejemplo, un liberal que se alista a un ejército cualquiera, lo hace por el entrenamiento que se recibe en la milicia, la aventura, el desafío personal, etc. La bandera, la patria y todo lo demás se las pasa bien por las pelotas.
Lo que más irrita a un liberal son los macaquitos del orden. Que venga el presidente y diga “ustedes tienen que decir si son oposición o no”. Las pelotas. Yo digo lo que se me canta la garcha y si no se me canta decir que soy de oposición, no lo digo y te vas a la concha de tu madre, puto de mierda. Y te dicen "este es nuestro presidente" y señalan la jeta del pajero este. Pero por qué no te vas un poquito a la puta que te parió. Yo no tengo presidente ni tengo país. Me cago en la nación, en la ciudadanía, en la democracia, en lo que haya elegido el pueblo, en su poder soberano, en el Estado y todos sus funcionarios delincuentes. Y cada vez que pueda voy evadir los impuestos y me chupa un huevo que a vos te guste o no. Y la guita que gano no la voy a invertir nunca en Uruguay, ni siquiera la voy a guardar en un banco uruguayo cosa de no producir absolutamente nada.
Y al que no le guste, ya saben, vayan y manotéense un pito.