jueves, 8 de febrero de 2007

Narconaciones

Jesús Malverde, el santo de los narcos
Como ya hemos dicho, ser liberal significa estar a favor de que cada uno haga más o menos lo que se le canta la garcha. Esto evidentemente incluye el tema de las drogas. Si alguien se quiere drogar, problema de él, no del Estado, la ley o la Iglesia. Es una cuestión personal pura y exclusivamente. Por supuesto que las consecuencias sobre el consumidor también serán problema suyo. Ni se te ocurra pedirme plata para un tratamiento o rehabilitación. Pagátelo vos nene. Y al que roba (es decir, se mete con la propiedad ajena) para comprar droga, tiro en la frente. Y listo, no hay que darle más vueltas al asunto.

Ser liberal también implica otra cosa, que es lucrar con las necesidades y los deseos de los demás. Si existen drogadictos es lógico que existan vendedores de drogas. De la misma forma que existen automovilistas y vendedores de autos, suicidas y vendedores de balas. Es lo mismo, y no hay razón para prohibir la venta de ningún producto. Recuerden: estamos hablando de liberalismo, es decir, que partimos de la base que cada persona puede comprar y consumir lo que se le de la gana.

Esto nos lleva al tercer punto, el cual es bastante evidente por cierto. La venta de droga es un excelente negocio, uno de los más lucrativos del mundo. Recordemos por ejemplo, el ofrecimiento de Pablo Escobar de pagar la deuda externa de Colombia con la condición de que las autoridades no le rompieran más las pelotas. ¿Y por qué no aceptaron me pregunto yo? Ni puta idea. Aunque en realidad es obvio: porque los países desarrollados en donde se encuentra la mayor cantidad de consumidores, no producen cocaína. Y por esa simple razón es ilegal. En cambio sí producen por ejemplo, Ritalín y Prozac, las cuales son drogas perfectamente legales (en EEUU, un 10 % de la población ha consumido alguna vez en su vida el famoso antidepresivo).

Si alguien todavía insiste en analizar el asunto desde un punto de vista moral, que considere lo siguiente: la industria de armas. ¿Acaso una M 16 es menos dañina que un kilo de coca o heroína? No lo creo. Ustedes dirán que el tráfico de armas está prohibido y es cierto. Pero no está prohibida su producción (y para algo y por algo existen los traficantes de armas). En cambio sí están prohibidas las plantaciones de cocaína. Con esto quiero decir que es evidente que Latinoamérica, en donde se produce gran parte de la droga, debería legalizarla. ¿Y qué importa si los países ricos boicotean a las narconaciones emergentes? Da igual. Se saca más plata traficando heroína que carne de vaca, café o bananas. Es mejor incluso que tener petróleo ya que no corre peligro de agotarse dentro de unos años. Además la droga ofrece una ventaja cualitativa respecto de otros productos: la adicción. El hecho de que el consumidor necesite del producto.

Se trata simplemente de liberalismo. Competencia. Y nada más. NO A LOS LIBERALES ASUSTADOS.

6 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Es verdad. La droga tiene su lado positivo: elimina a los débiles y los inservibles, y de esa manera mejora la especie.

9 de febrero de 2007, 1:15:00 GMT-8  
Blogger Ama-gi ha dicho...

"Si alguien se quiere drogar, problema de él, no del Estado, la ley o la Iglesia. Es una cuestión personal pura y exclusivamente. Por supuesto que las consecuencias sobre el consumidor también serán problema suyo. Ni se te ocurra pedirme plata para un tratamiento o rehabilitación. Pagátelo vos nene. Y al que roba (es decir, se mete con la propiedad ajena) para comprar droga, tiro en la frente. Y listo, no hay que darle más vueltas al asunto."

Que Dios nos ayude y que Jesús Malverde interceda por nosotros.

Amén.

9 de febrero de 2007, 4:17:00 GMT-8  
Blogger EL ANALISTA AFICIONADO ha dicho...

Yo soy adicto a la carne de vaca....¿que comerán las vacas? ¿en vez de hereford uruguaya...estoy comiendo llama boliviana?

Puchaaaa....

9 de febrero de 2007, 5:36:00 GMT-8  
Blogger pelá ha dicho...

Estoy de acuerdo con Lord f,si no existiera la prohibición podría actuar mejor el el mecanismo malthusiano, por ejemplo, la pasta base solucionaría en buena medida el flagelo de los planchas. Por otro lado, este tipo de prohibiciones a lo que la gente quiere consumir lo único que genera son mercados negros y mafias, y el que quiere consumir consume igual (también sirve para que los milicos revendan lo que incautan).

11 de febrero de 2007, 5:20:00 GMT-8  
Anonymous Anónimo ha dicho...

"Se saca más plata traficando heroína que carne de vaca, café o bananas. Es mejor incluso que tener petróleo ya que no corre peligro de agotarse dentro de unos años."

Y no olvidemos que, por ahora, no corremos ningún riesgo de que nos bombardeen.

12 de febrero de 2007, 3:43:00 GMT-8  
Blogger lalorubio ha dicho...

Buen post Carlitos, lo suscribo.

12 de febrero de 2007, 14:09:00 GMT-8  

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